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Los futuros del cerdo siguen engordando ante alarma en los EE.UU.

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A menos que uno sea ganadero o negocie de una u otra forma con ganado, es altamente probable que no haya escuchado hablar del Virus de Diarrea Epidémica Porcina (PEDV). No obstante, en el entorno de la agricultura, esta enfermedad ha causado pánico en masa en la cadena de suministro de cerdos tanto en 2013 como este año.

Como resultado, los contratos de futuros de lean-hog (cerdo) del Globex en abril se dispararon 50% desde un promedio de 90 dólares a mediados de enero.

Los precios de los cerdos en los mercados de pagos en efectivo avanzaban en forma relevante a medida que los procesadores de carne competían por un menor número de cerdos disponibles debido al PEDV, que durante el otoño empezó a extenderse rápidamente por todo los Estados Unidos.

Pese a que la enfermedad afecta principalmente a los lechones, los que se deshidratan por la diarrea y los vómitos y mueren cuando se infectan, también puede enfermar a cerdos adultos, aunque en este caso la tasa de supervivencia tiende a ser alta.

Comúnmente la transmisión física del PEDV, el que se contagia entre cerdos a través de la ingesta de heces contaminadas, puede producirse a través de camiones con remolques sucios que estuvieron en contacto con materia fecal infectada. Sin embargo, tampoco se descarta que pudiera estar expandiéndose a través de la alimentación animal.

La enfermedad que en poco más de un año ha matado casi 10% de la población porcina de los Estados Unidos (más de 7 millones de cerdos) y empujado los precios a máximos históricos desde que por primera vez fuera identificada, está resultando más compleja de contener que lo esperado por productores y veterinarios.

Los futuros del cerdo alcanzaron un nuevo máximo histórico el mes de mayo cuando se confirmó públicamente que un campo en el estado de Indiana estaba sufriendo un ‘‘brote secundario’’ de éste letal virus porcino. Desde que se confirmó el primer brote en los Estados Unidos en el pasado verano han subido más de 30%. Y, según se deduce del último informe sobre este mercado publicado por el Departamento de Agricultura estadounidense a finales de junio, esta tendencia alcista de precios podría seguir.

Con pocas excepciones, el informe de USDA mostró una mayor escasez en todos los ámbitos de la cadena de abastecimiento, señalando más evidencias de los perjuicios causados por el PEDV.

En términos generales, los inventarios al 1 de junio 2014 habían disminuido 5% año a año (interanual), frente a un informe anterior que estimaba un descenso promedio de 3%. Tanto las existencias de cerdos grandes como los de mensos de 50 kilogramos mantenidos para la crianza y reproducción fueron inferiores a las expectativas del mercado.

Del mismo modo, cuando se tienen en cuenta los futuros suministros, los partos acontecidos de marzo a mayo se mantuvieron estables en tasa interanual frente a un aumento previsto del 2,5%, según señala un informe de Societe Generale. Mientras tanto, la tasa interanual respecto a las intenciones de parto de junio a agosto tampoco mostró variación, lo cual da a entender que las existencias seguirán siendo escasas cuando esos animales entren en el mercado, aproximadamente entre marzo y mayo de 2015.

Como una nota optimista, los posibles partos de septiembre a noviembre se anticipan 4% mayores en comparación con los del mismo período un año antes, frente a expectativas de un aumento de 2,6%, pronosticando un respiro en el mercado durante y después del verano de 2015.

Basados en estos datos, el banco francés matiza que mientras se esperan alzas en los precios de la carne de cerdo en el corto plazo, también considera un aumento de valor particular en los meses posteriores dado que la actual curva de precios parece haber descontado de forma más rápida el aumento de la oferta de lo que en realidad sugiere el informe del USDA.

De acuerdo con el análisis de Rabobank, la enfermedad que ya impactó al 60% del censo de porcinos en los Estados Unidos propiciará el declive más pronunciado de la producción estadounidense en los últimos 30 años.

Mónica Coronatti, Editora Sala de Inversión América